La Comisión Federal de Electricidad (CFE) está moviendo sus fichas para hacerse con el control de Altán Redes, la empresa detrás de la Red Compartida. Con el «Proyecto Quetzal», busca comprar la deuda de 33,000 millones de pesos de Altán… ¡a precio de outlet!
Altán Redes es como el backstage de las telecomunicaciones en México: invisible para muchos, pero crucial para 124 empresas de telefonía e internet que dependen de ella para llevar conectividad a zonas de escasos recursos.
El plan de CFE:
- CFE TEIT, su subsidiaria, ya recibe el 70% de los ingresos de Altán. Este acuerdo, firmado hace dos años, permite a Altán usar la infraestructura de CFE TEIT para mejorar su flujo de caja
- Propone pagar a los acreedores el 10%, 33% o 100% de la deuda, dependiendo de quién seas en su lista VIP (o no tan VIP).
- Al 63% de los acreedores se les ofrece solo el 10%. Ouch
¿Por qué importa? Este movimiento podría convertir a CFE en el nuevo titán de la conectividad nacional, dándole al gobierno control total de Altán para impulsar su agenda de conectividad y cerrar la brecha digital en México.
No todos celebran. Algunos acreedores ven la oferta como un chiste de mal gusto, especialmente quienes invirtieron en la red de Altán y ahora recibirían migajas.
