La ciencia ha investigado el efecto del sonido en las plantas durante años, sin embargo, una científica de Querétaro ha ido más allá en este rubro. Laura Xóchitl Cruz Cárdenas, una músico e ingeniera en biosistemas egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro, desarrolla un método a base de sonido, para influir en el crecimiento y desarrollo de plantas y polinizadores, sin embargo, en el camino de dicho trabajo se ha topado con el hecho de que las plantas también hacen música.
“Cuando yo empecé a estudiar la licenciatura en música, empecé a hacer justo una investigación que tenía que ver con el efecto que tenía el sonido en las plantas, entonces empecé a trabajar con las lechugas y lo que hice fue exponerles el mismo ruido o el mismo sonido que está en las mismas lechugas en su crecimiento, se los expuse a ellas, después de que termino ese experimento, en la Universidad Autónoma de Querétaro, me doy cuenta de que los dispositivos que ya tenía de ese experimento me podían servir para escuchar la música de las plantas”, relató Xóchitl.
El descubrimiento pasa por un tema científico y ahora le ha permitido ofrecer conciertos de plantas en diferentes estados de la República, ofreciendo una experiencia inmersiva que pretende, además de fomentar la ciencia, crear conciencia y conexión entre la naturaleza y las personas.
“Uno le pone los electrodos a la planta y entonces escuchas a la planta, pero cuando tú tocas la planta el sonido cambia, y si tú te lo pones el sonido es distinto entre cada persona. Entonces, vivir esa experiencia, el interactuar con la planta, ver cómo funciona y todo esto que sea en vivo, cambia muchísimo la percepción que las personas tienen de la naturaleza”, señaló la científica queretana.
Laura Xóchitl explicó que estos sonidos se tratan de impulsos eléctricos que cada planta tiene en su interior y que, al ser procesados, se vinculan con el sonido de instrumentos y terminan por crear música. La forma en que Cruz Cárdenas une los impulsos a los sonidos de instrumentos es gracias a un procesador que ella misma desarrolló: interpreta los impulsos y crea las conexiones necesarias para que estos adquieran algún sonido determinado.
“El dispositivo ese sí yo lo desarrollé, porque me di cuenta que era muy difícil adquirir un dispositivo de otro país, era como bien complicado, eso tiene que, unos diez años y era más difícil todavía traer las cosas”, relató a cerca de la tecnología que hoy, además, está en proceso de patentar.
A la par de este trabajo, Laura se enfoca también en desarrollar una técnica que complemente la agricultura con el sonido. El objetivo es sustituir implementos costosos en dicha industria como los drones polinizadores, generando mecanismos a base de sonidos que promuevan el crecimiento y desarrollo de la siembre, a la par de beneficiar a los polinizadores naturales, sin embargo, “tiene qué ver mucho el tipo de frecuencias que se ponen, tienen que ser frecuencias específicas dependiendo de lo que tú quieras hacer y va de la mano con los decibeles, la fuerza con la que ese sonido va y el tiempo que vas a exponerla, entonces lo difícil de todo esto es encontrar este balance entre los decibeles, los Hertz y el tiempo“, concluyó.
