El viernes pasado, una actualización de CrowdStrike le dio a millones de dispositivos Windows la temida «pantalla azul de la muerte». Mientras el mundo empresarial entraba en pánico, México se salvó por la campana… o más bien, por la hora.
El caos global:
La falla afectó a 8.5 millones de dispositivos Windows en todo el mundo, causando un efecto dominó en varios sectores:
- Sector financiero: Traders de JPMorgan Chase, UBS y Bloomberg no pudieron ejecutar órdenes durante horas
- Salud: Hospitales en Europa y EE.UU. se vieron forzados a cancelar operaciones electivas y citas rutinarias.
- Viajes: Más de 35,000 vuelos retrasados o cancelados en todo el mundo.
Lo que pasó en México: En México, las principales afectadas fueron aerolíneas como Volaris y Viva Aerobus, causando retrasos en los aeropuertos de CDMX y Cancún, y forzando a las aerolíneas a recurrir al buen y confiable papel y lápiz.
¿Por qué no fue tan grave aquí?
- Timing es todo: El fallo ocurrió a las 2 am, cuando la mayoría de los sistemas no críticos estaban apagados.
- Menos es más (seguro): CrowdStrike tiene menor penetración en el mercado mexicano debido a su alto costo. Alternativas más económicas como Kaspersky o Symantec son las más populares.
Entre líneas: Los expertos dicen que las empresas en México no suelen contar cuando tienen problemas de seguridad informática. Este silencio podría estar escondiendo problemas más grandes en el sector empresarial mexicano.
¿Qué sigue? Mientras las empresas luchan por recuperarse, este episodio sirve como un recordatorio de la importancia de diversificar proveedores y mantener un plan B en un mundo cada vez más digitalizado. Ah, y también sale la pregunta sobre si el dominio de Microsoft es un riesgo a nivel global.
